El colmo de los inventos
Hará más o menos una semana, pusieron en "crónicas marcianas" imágenes de un novedoso invento oriental. El aparatillo era un inusual asiento que inducía los movimientos pélvicos propios del acto sexual.
Primero aparecían unas bellas jovenes orientales, deduzco que japonesas dado que se trataba de un avance tecnológico simpar. Las muchachas se sentaban en el aparato, le daban al botón indicado y se empezaban a menearse al sensual ritmo del traka-traka. Luego aparecía una pareja demostrando las bondades del producto: ahora el acto sexual es fácil, cómodo y descansado; se han acabado los esfuerzos para usted y su pareja. Si me perdonan la intromisión los industriales japoneses, ése podía ser un buen slogan para su campaña... podría hacerse tan popular como el frotar se va a acabar.
Ahora bien, al follar hay que cansarse, digo yo; hay que sentir el esfuerzo. Hay que currárselo, coño! Una maquina que haga el movimiento le quita gracia al asunto; además de que la postura resulta forzada e, incluso, poco cariñosa (ya hablare del binomio cariño-sexo en posts posteriores) Además, pensé en nuestro pequeño antihéroe, con el invetillo este le seria cuasi-imposible "poner a una tia a cuatro patas" como dice él, se podría poniéndose de rodillas sobre el asiento, pero... sin gracia.
Este es mi primer post sexual, creo. He tardado eh, jefe!!. Soy bena!!!
1 Comentarios:
Gracias por pensar en mí.Somos muchos los que hacemos de la postura del perrito un arte aunque nos cansemos.
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