P.

Querida P.:

No sé qué fue de ti ni cuál fue el motivo de que desaparecieses así de repente y sin avisar. Así, sin explicación alguna, dejaste de existir para F. y L., para ellas y para un servidor. No sé si hubo algo que disparara ese comportamiento, pero por mi parte no fue; sin embargo también me tocó y me metiste en el pack. Hace tiempo que desistí, pero lo he intentado: mail, SMS, etc. Sin respuesta. Almenos sé que no te ha pasado nada, que la razón es otra.

Antes de esfumarte empezaste a trabajar en el pub aquel donde estuvimos los cuatro (cinco con I.), en Vigo. ¿Te acuerdas? Las coñitas que hacías con la oveja que te regalé ("¡beee!"), el juego que os dan los hielos (curioso: os refrescábais I. y tú y calentábais a los demás, todo a la vez, juas), el ridículo que hice cuando me "obligaste" a bailar contigo (cómo te mueves y qué buena estás, capulla, jajaja) y que aún tuviste el morro de decirle a L. que tenía en mí un diamante en bruto del baile mientras que yo repetía que no, que era un palo de escoba. También pasaron cosas muy extrañas como ir L. y yo a una farmacia a comprar compresas para otra (no voy a decir quién) y acompañar a dicha persona a urgencias por lo del día después, que hay mucho cabrón suelto que se desentiende y no se responsabiliza de sus actos. Sólo dejaban pasar a una persona con ella, así que pasó L. mientras yo esperaba fuera. Luego os unisteis a la espera I. y tú. La pobre chica nerviosa y la que las atendió diciendo "la posibilidad está ahí".

- ¿Pero si la toma la posibilidad es menor, no?

- Sí, pero la posibilidad está ahí

Joder...

Al final no las tomó (sin comentarios...), pero no pasó nada y las compresas sí fueron necesarias. La sangre no llegó al río sino a las compresas (dios, que chiste más malo).

Hace poco me informaron de que seguías trabajando, pero en otro pub. Espero que te vaya todo bien. Me gustaría que volvieramos a hablar, aunque a estas alturas... lo veo improbable. Sigo sin sabér el porqué, igual porque quisiste evitar los líos estos, es lo único que se me ocurre; pero yo en ellos tengo tanto que ver como tú: nada. Así que ni te comprendo ni estoy de acuerdo. Quizás debería estar cabreado, pero no lo estoy. Aunque, me dejaste tirado. Qué desilusión. Parezco ser el único que cree en la amistad y le pilla cariño a la gente, no podría hacer algo así.

El 2004 fue el año de las desapariciones y las desilusiones con mujeres. Tu caso no fue el peor porque, obviamente, si no es sólo amistad, si hay mucho más, y además es la primera vez que sentías algo así, es mucho peor: todo un trauma. Contigo fue más leve. A pesar de todo, me niego a bajaros del pedestal y caer en la misoginia por generalización.

Sin más que decirte, ciao bambina, y que te cunda.

D.