Jorge Federico - Canción de la espera infinita
Pesa a veces la vida y el hombre desespera.
Pesa el pesar y pesa la dicha que no fué.
La Esperanza musita: Espera, espera, espera.
Y la niñez se pierde prendida al porvenir.
¡Cuando tenga dinero! ¡Cuando ella me sonría!
¡Cuando llegue la Gloria por caminos de ayer!
¡Cuando tenga el secreto de la muerte y de la vida!
¡Cuando Dios me visite tras un atardecer!
Y las cosas que llegan ya no tienen aroma,
El corazón, cansado, pregunta: ¿Para qué?
Espera, espera, espera, la Esperanza pregona
Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.
Mas un día se hiela la canción en la boca,
La Esperanza no tiene ni aguijón ni poder,
El amor está lejos, como estrella en derrota,
Y Dios está lejano como Sol por nacer.
Erguido ante el poniente el corazón enreda
Su pregunta de siempre: ¿Para qué? ¿Para qué?
Y musita la Muerte: espera, espera, espera,
¡Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer!
Pesa el pesar y pesa la dicha que no fué.
La Esperanza musita: Espera, espera, espera.
Y la niñez se pierde prendida al porvenir.
¡Cuando tenga dinero! ¡Cuando ella me sonría!
¡Cuando llegue la Gloria por caminos de ayer!
¡Cuando tenga el secreto de la muerte y de la vida!
¡Cuando Dios me visite tras un atardecer!
Y las cosas que llegan ya no tienen aroma,
El corazón, cansado, pregunta: ¿Para qué?
Espera, espera, espera, la Esperanza pregona
Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer.
Mas un día se hiela la canción en la boca,
La Esperanza no tiene ni aguijón ni poder,
El amor está lejos, como estrella en derrota,
Y Dios está lejano como Sol por nacer.
Erguido ante el poniente el corazón enreda
Su pregunta de siempre: ¿Para qué? ¿Para qué?
Y musita la Muerte: espera, espera, espera,
¡Y otra vez nos ponemos a esperar y a creer!
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