Me dio el palo una niñita de 4 años (o menos)
Nota: "dar el palo" = atracar, aproximadamente.
Hallábame ante una dispensadora automática de bebidas al salir de la biblioteca con dos personas más, cuando viene una niñita rubio platino, muy mona ella, también a hacer uso de la citada máquina. Se oyen de fondo frases de una anciana que la vio venir: "Mira qué lista es", "Sabe quitar", "Creo que se llama [nombre]", "Qué lista es", etc.
Dejo ir a la niña delante y vi que le habían dado el dinero justo, supongo que la madre, para un agua. Mete el dinero y le da al botón del agua. Pero resulta que no había, y la pantallita de la máquina mostró el mensaje "PRODUCTO AGOTADO". La niña, que nunca había pasado por esta situación, ni comprendía, ni sabía que hacer y sólo acertaba a seguir insistiendo pulsando el botón.
Nadie se decidía a hacer nada, me agacho al lado de esta criaturilla y le hablo.
- No hay.
- ¿Quedó atascada?
- No, es que no hay... ¿quieres una Coca-Cola?
- Vale.
Pulso el botón, pero la máquina volvió a mostrar otro mensajito en la pantalla, esta vez para indicar que para el caso de esa bebida el importe introducido era insuficiente. Meto 50 céntimos míos y le vuelvo a dar. La niña coge la Coca-Cola y... ¡también la vuelta! Tras un sutil y leve intento de explicar que era mía y al ver que ella no comprendía, me dije "bueno, da igual".
Hallábame ante una dispensadora automática de bebidas al salir de la biblioteca con dos personas más, cuando viene una niñita rubio platino, muy mona ella, también a hacer uso de la citada máquina. Se oyen de fondo frases de una anciana que la vio venir: "Mira qué lista es", "Sabe quitar", "Creo que se llama [nombre]", "Qué lista es", etc.
Dejo ir a la niña delante y vi que le habían dado el dinero justo, supongo que la madre, para un agua. Mete el dinero y le da al botón del agua. Pero resulta que no había, y la pantallita de la máquina mostró el mensaje "PRODUCTO AGOTADO". La niña, que nunca había pasado por esta situación, ni comprendía, ni sabía que hacer y sólo acertaba a seguir insistiendo pulsando el botón.
Nadie se decidía a hacer nada, me agacho al lado de esta criaturilla y le hablo.
- No hay.
- ¿Quedó atascada?
- No, es que no hay... ¿quieres una Coca-Cola?
- Vale.
Pulso el botón, pero la máquina volvió a mostrar otro mensajito en la pantalla, esta vez para indicar que para el caso de esa bebida el importe introducido era insuficiente. Meto 50 céntimos míos y le vuelvo a dar. La niña coge la Coca-Cola y... ¡también la vuelta! Tras un sutil y leve intento de explicar que era mía y al ver que ella no comprendía, me dije "bueno, da igual".
Qué razón tenía la señora con lo de "qué lista es": iba a por un agua y volvió con una Coca-Cola y vuelta...
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